El placer en pequeños platos: Standard 69.
- Her Own Way
- 12 dic 2017
- 3 Min. de lectura
Fui a probar las novedades del menú de Standard 69, un restó gourmet en la galería Barrio de Güemes.
Hace mucho tenía ganas de visitar el nuevo reducto gourmet de galería Barrio: Standard 69 es la nueva propuesta gastronómica del celebrado chef Javier Rodríguez, dueño del multipremiado restaurante El Papagayo.
Standard 69 consta de una carta no muy extensa, pero sí variada, donde se pueden degustar platos de autoría nacional o exóticas opciones de lejanos orígenes.
Cuando llegué al lugar, lo primero que llamó mi atención fue la decoración minimalista y elegante del restaurante, contrastando con los locales de la galería Barrio, de una estética más urbana e informal.
En Standard, predominan los colores negro, gris y madera, y una manzana verde da la bienvenida a cada mesa.

La carta está impresa en cada individual, y la moza explica la propuesta: la mayoría de los platos principales son pequeños, y uno puede ordenar cualquiera de ellos, en el orden que desee; como un tapeo. También hay appetizers y tres platos especiales pensados para compartir.

Comienzo por un pequeño principal: el roll vietnamese de tofu, mango y salsa de maní picante. Sin apenas demorar, llega a la mesa un pequeño plato con dos rollitos fríos de masa (similares a los rollitos primavera) rellenos de tofu, hierbas y mango; cubiertos con salsa de maní y ¡Cilantro! Se presenta un problema: aunque me considero una persona "culinariamente aventurera", mi enemigo número uno en todas las preparaciones es el cilantro.
Intenté hacer caso omiso de mi paladar negándose a continuar comiendo, pero no pude. Crucé los cubiertos, y cuando la moza me preguntó qué ocurría, le expliqué que aunque estaba realmente muy rico (lo cual era cierto) no podía con el cilantro… Lamentablemente no figuraba en la carta, y mala mía, tampoco pregunté. Me retiraron el plato, y amablemente se ofrecieron a prepararme otro roll igual, pero sin cilantro. No acepté, solamente porque ya me había quedado la "idea" del sabor en mi boca, y decidí pasar al siguiente plato: Entraña a la parrilla con salsa criolla. A la seguridad de lo conocido. Como un niño que se lastima y corre a los brazos de su madre.

Cuando llega la entraña, a punto, perfecta y apetitosa, me obsequian una copa de champagne rosado (de la cocina, a modo de disculpas) por el mal momento ocasionado. Muy buen detalle.
Probé un bocado de la entraña y estaba tan bien cocida y tan deliciosa, que quería abrazar al que la hubiese preparado. Realmente buena.
Al terminar, pedí una provoleta a la parrilla con almendras y miel. Este plato también superó mis expectativas: la miel y las almendras combinaban a la perfección con el queso derretido y crocante por fuera.
El vino, Absurdo Cabernet Franc - Malbec, también resultó buena elección.
Para finalizar, le pedí a la moza que me recomendara uno de los tres postres de la carta, y sin dudarlo, me dijo que el mejor era la tostada francesa con ananá y helado. ¡A por ella, entonces!
La textura delicada del pan se derretía en mi boca, la tostada tibia, con un toque ácido de los trocitos de ananá salteados en manteca, y el helado de crema, fueron el broche de oro de una cena deliciosa, que comenzó un poquito accidentada.
Repetí el postre.
Estoy casi segura de que Standard 69 es mi nuevo restaurante favorito. La atención fue excelente, y los platos (que pude comer) inolvidables.
No me cansaré de recomendar este lugar. Existen pocas cosas en la vida mejores que la buena comida, y Standard 69 lo sabe.

Por Valeria de Tournemine.
Fotos: Facebook/stantard69
Comments