Natacha Jaime, una marca que invita a vestirse con consciencia
- Her Own Way
- 12 dic 2017
- 4 Min. de lectura
Conversamos con esta diseñadora local que, desde su marca homónima, apuesta a la moda slow. De qué se trata esta propuesta que apunta a la calidad y la atemporalidad del guardarropas.
“Siempre me gustó todo lo relacionado al arte, especialmente el dibujo y el diseño; pero cuando empecé a estudiar diseño de indumentaria, al principio no me gustó. Veía a la moda como algo muy frívolo. Tenía esa inquietud, esas ganas de aportar algo a la sociedad”, comenta Natacha Jaime, diseñadora cordobesa que desde la marca que lleva su nombre logró unir sus dos pasiones, la expresión artística y la acción social, a través de la filosofía de la moda sustentable. Durante sus años de estudio, luego de leer un artículo e investigar por su cuenta sobre esta temática global, que tiene como objetivo que el proceso de producción textil tenga el menor impacto ambiental posible desde lo ecológico y social (a partir de las condiciones de trabajo dignas de los involucrados en la cadena productiva), Natacha se inmiscuyó en un nuevo mundo, en aquellos momentos muy incipiente dentro del sector de la moda cordobesa. Un workshop sobre reutilización y resignificación de prendas al que se inscribió para conocer más sobre esta corriente ética de la industria terminó por definirla. Así nació J’aime Ecoprendas en 2013, la marca donde la diseñadora pone todo su entusiasmo por la moda sustentable. Hoy renombrada con su nombre personal, la firma ofrece colecciones basadas en textiles amigables con el medioambiente hechos en base a la reducción, reutilización y reciclaje de materiales. “Ahora siento que mis prendas me representan, que pienso más en qué quiero transmitir, más allá de la moda o de lo que se usa en este momento”, enfatiza. Para su colección de primavera-verano 2018, incorporó una línea de canastos tejidos de palma, realizados por una comunidad de mujeres aborígenes de Chaco, que luego son bordados a mano en Córdoba.

- ¿En qué consiste la resignificación de prendas?
Se hace a partir de la deconstrucción. Es seleccionar prendas vintage, desarmarlas, y armar una nueva con esas partes. El resultado es una prenda única. Además de alargar el ciclo de vida, es súper original. A partir de ahí, comencé también a producir con la técnica de residuo cero.
-¿Cómo son las prendas de la línea Residuo Cero?
Son diseños propios, donde se trata de cortar lo menos posible de una tela, y darles forma a través de frunces, elásticos o pinzas.
- ¿Cómo ves a la moda hoy?
Si bien la moda está presente, porque es un reflejo de la sociedad, pienso que quiero lograr un equilibrio. Siempre trato de incluir diseños actuales, porque la gente quiere ponerse algo de lo que se usa en la temporada, además de las prendas clásicas, de fondo de armario. En la colección siempre pongo camisas, pantalones de vestir de corte clásico, utilizo mucho los tonos neutros, y algunos colores de moda. Este verano se usan mucho los volados, y también los incorporé. Se trata de ir buscando un balance entre la tendencia y lo atemporal. - La tendencia del consumo consciente viene creciendo.
- ¿Cómo ves al mercado cordobés en ese marco?
Acá es algo muy incipiente, todavía hay gente que me dice "Pero esto es usado" y vuelven a colgar la percha, o que me dicen que por el mismo precio se compran algo nuevo, etc. Lamentablemente, me parece que falta mucha información, a veces es como remar contra la corriente, por eso también mi marca es elegida por mujeres no tan jóvenes, con cierta formación o cultura; que no están corriendo atrás de tendencias, sino que tienen un estilo y eligen lo que les queda bien. Eso me encanta, me encantaría que elijan algo de lo mío y sea como esa joyita en el ropero, que la podés combinar con prendas moda, pero que te dure años.
- Para posicionarte en un mercado complicado, ¿Qué es lo más importante, o lo que juega un rol clave para tu marca?
Desde mi visión, desde el diseño sustentable, creo que lo importante es diferenciarse, que se entienda el concepto de la marca. Yo apunto a la calidad de las telas en mis diseños, utilizo algodón pima, de Perú, y ahora estoy incorporando jersey de lino. Algo muy importante también es el valor agregado que da la historia de cada prenda, cuando tienen un bordado a mano, saber que fue hecha por personas, de forma artesanal. Cuando puedo, me gusta contarles algo de eso a las clientas, que sepan cómo es esa prenda que tienen en el armario. Me gustaría que la gente vaya tomando conciencia, para no generar tantos residuos, priorizar la calidad y no la cantidad. Mi producción no es masiva, me interesa comunicar a la gente que esos canastos fueron tejidos por mujeres qom, sumar un poco de concientización sobre el lado ecológico y social, más allá de tener una prenda bonita; quiero que sea importante y que la quieran.
- Son prendas hechas con amor, ¿Qué proyectos o deseos tenés a futuro?
Me gustaría comunicar mucho más, hacer que la gente conozca la marca, y poder llegar a las personas que tienen interés en el slow fashion. Ojalá la tendencia se masifique, que todas las personas elijan vestirse con conciencia. Podés encontrar los diseños de Natacha Jaime en Itzella: Rosario de Santa Fe 729, Barrio General Paz; Charito: Tejeda 4565 local 5, Villa Belgrano; Escarlata Clothes: Ituzaingó 748, Nueva Córdoba; Florencia Creaciones: Zuviría 223, Salta Capital. En facebook: @jaimenatacha

Por Valeria de Tournemine.
Fotos: Gentileza Natacha Jaime.
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